ALABANZA PARA SANAR EL ALMA

"Recuerdo, cuando, siendo un recién convertido miraba las Escrituras con gran interés y entusiasmo por un lado, mientras que por otro lado con deconcierto. Dentro de la segunda categoría se encontraban fragmentos del libro de los Salmos; en ese entonces solía pensar "¿Como puede esto ser part de la palabra de Dios?".

Simplemente no me cabía en la mente que tantas expresiones de angustia, enojo, duda, entre otros sentimientos que asociabab como negativos estuvieran dentro de ella. Pensaba: "este tipo sí que realmente está mal, no refleja la gloria de Dios con su actitud". Sabiendo que el libro de Salmos era tenido sobre todo como un libro de alabanzas me preguntaba dónde estaba la alabanza en todo aquello. Acostumbrado a pensar que la alabanza consistia sólo de exaltar a Dios no entendía por qué era necesario hacer meción de las profundas crisis del salmista. Simplemente me parecían inadecuadas muchas de sus expresiones, mira que pedirle al Señor que le rompiera los dientes a sus enemigos, no, eso era terrible.

En mi religión me habián enseñado a romperles los dientes por mí mismo, Dios era demasiado santo como para meterlo en mis cuitas, mejor lo arreglaba por mi cuenta y ya luego pedía perdón o lo dejaba en el olvido. Ahora, después de algunas pruebas que me han llevado a sentirme de tal forma que he empatado emocionalmente con ese escritor caí en la cuenta de que la alabanza tiene como requesito el ser real además de que el escritor nos enseña a honrar a Dios en todo tiemp y circunstacia. Qué gran enseñanza es poder reconocer nuestra debilidad humana a la vez que seguimos viendo Su grandeza, qué gran enseñanza es ir a Él sin máscara alguna a rendirle el honor que se merece, las circunstancias y emociones son cambiantes pero Él es Dios, el único y siempre digno de gloria y alabanza".

—Extracto de la introducción del libro.